Por 48 votos a favor, 69 en contra y 7 abstenciones, la Sala de la Cámara rechazó el desarrollo de sesiones de Sala en Santiago (boletín 15366). La moción, proveniente del Senado, establece que, excepcionalmente, el Senado y la Cámara podrán celebrar sesiones extraordinarias o especiales en la capital.
El texto establece que ello, deberá ser previo acuerdo de los Comités que representen, a lo menos, las tres cuartas partes de los integrantes de la respectiva Cámara.
En el proyecto sus autores argumentan que resulta “contradictorio, descontextualizado y poco eficiente” que una norma dictada en dictadura regule las sesiones del Congreso. Ya que no se considera la experiencia acumulada en más de tres décadas de funcionamiento en democracia.
Además, agregan que la norma actual tampoco considera situaciones de emergencia, excepcionales, de seguridad o sanitarias como las vividas en los últimos años. Por esto, señalan que debiera ser posible la adopción de la decisión más adecuada en cada momento. En ese plano se recuerda como se resolvió frente a las sesiones telemáticas, que permitieron dar continuidad al trabajo legislativo en momentos cruciales de la historia del país.
Asimismo se señala que la iniciativa no busca propiciar el traslado del Congreso Nacional a Santiago. La idea es que, existiendo razones evidentes o fundadas, pueda adoptarse excepcionalmente la decisión de que una o ambas corporaciones puedan sesionar, adoptar acuerdos y votar en su sede de Santiago.
Debate por Congreso en Santiago
Informó el texto a la sala el diputado Jorge Alessandri (UDI). Participaron del debate las y los diputados Juan Antonio Coloma (UDI), Félix González (PEV), Johannes Kaiser (PREP), Rubén Darío Oyarzo (PDG), Gloria Naveillan (IND), Miguel Mellado (RN), Andrés Jouannet (AMA), Jorge Rathgeb (RN), Jorge Brito (RD), Sergio Bobadilla (UDI), Leonardo Soto (PS), Marisela Santibáñez (PC), Cristián Tapia (IND), José Carlos Meza (PREP), Juan Carlos Beltrán (RN), Claudia Mix (COMUNES).
La discusión estuvo marcada por la posibilidad de que la normativa se convierta en un paso definitivo para trasladar la sede del Congreso a Santiago.
Quienes respaldaron el texto manifestaron que su aprobación permitirá optimizar el trabajo legislativo, ya que minimizará los tiempos de traslado y permitirá una mejor interacción con los ministros de Estado y los distintos invitados a las comisiones.
En tanto, quienes rechazaron la norma sostuvieron que esta representa un golpe a las regiones y la descentralización, ya que en la práctica derivará en devolver la sede del parlamento a la capital. Asimismo expresaron su preocupación la situación personal y laboral en que quedarán los trabajadores del Congreso.
Con este rechazo por parte de la Sala, el proyecto irá ahora a Comisión Mixta, para continuar allí su tramitación.