Suspender el pasacalle de avenida Altamirano junto a los escenarios y ferias programados en plazas centrales de la ciudad fue la decisión de los organizadores del Carnaval Mil Tambores de Valparaíso.
Su director, Santiago Aguilar, señaló a la comisión de Cultura que analizó este tema, que existió una falta de criterio social y visión estratégica por parte del Gobierno e instituciones públicas sobre el aporte cultural, económico y turístico del evento.
En una declaración pública, la Corporación Mil Tambores señaló que su decisión se basa en que el Ministerio de las Culturas y las Artes de no entregó recursos a la gestión del carnaval, “interrumpiendo una asociatividad ya consolidada”. Además, denunciaron “incomprensión de la Gobernación de Valparaíso del formato de una actividad representativa, validada y esperada por la comunidad porteña, nacional e internacional”, sin facilitar la utilización de los espacio públicos.
Por lo tanto, para este año, solo se realizarán las actividades territoriales organizadas por las agrupaciones sociales de estos espacios y donde sólo colaboran las comparsas y la Corporación Mil Tambores. “Hemos invitado a que la gente no visite la ciudad de Valparaíso durante los días del carnaval y que las actividades que se organizan en los territorios sean sólo para ellos”, indicó el director del evento.
Gobernadora y comunidad
En la instancia también participó la gobernadora de Valparaíso, María de los Ángeles de la Paz, quien señaló que no hubo intención de suspender el evento, sino de pedir mayor seguridad en su realización. “Nosotros no estamos, en ningún caso, en la posición de restringir actividades culturales, ni tampoco actividades democráticas que se den en los espacio públicos”, aseguró la autoridad provincial, pero “las actividades de estas características tienen que tener cierto mínimos de seguridad”, aclaró.
El objetivo ahora es que las actividades en los barrios porteños se realicen de buena manera, para lo cual continúa el trabajo entre las organizaciones y los vecinos. Boris Kalúba, representante de las juntas de vecinos de la llamada “Zona Roja” -que es donde se realizan estas actividades- dijo que siguen trabajando con la gobernación y la municipalidad para “prevenir posibles externalidades y que resulte lo mejor para todos”.
Por parte del municipio porteño, el administrador municipal, Claudio Opazo, afirmó que aún se encuentra contemplada la implementación de baños químicos, pues tuvieron buenos resultados en la última versión del carnaval. Y como las actividades se realizarán en los cerros, se va a reforzar el aseo y protección en los miradores y la avenida Alemania.
Otro de los temas debatido por la instancia fueron los recursos que el Estado ha entregado al carnaval para funcionar. Tal como lo destacó el diputado Andrés Celis, se hace necesario fiscalizar cómo se han usado estos fondos y si se sigue con el sistema de adjudicación directa.
“Cuando llegó este gobierno, los 40 millones (que se entregaban para la realización del carnaval) no estaban. Posterior a eso se tomó la decisión de que, a futuro, estos fondo se iban a concursar”, explicó el diputado, planteando además la interrogante de “¿por qué no pueden concursar todos los organismos culturales que quieren hacer alguna actividad en Valparaíso, por qué se tiene que privilegiar solo a uno?”.
Para el presidente de la instancia, Marcelo Díaz (PS), lo importante de este encuentro era generar un escenario donde todos los actores pudieran avanzar en la búsqueda de una solución para las próximas versiones.
“El año pasado hubo una experiencia de seguridad muy potente y positiva. Se logró una mayor eficiencia en el control de la seguridad. La municipalidad desplegó un fuerte contingente para el aseo”, comentó el legislador, señalando que a su juicio es posible compatibilizar el derecho de desarrollar actividades en el espacio público con el de los vecinos a que estas actividades no generen perjuicio para sus bienes y seguridad.
En este escenario, las agrupaciones carnavaleras anunciaron que hicieron un llamado a una Convención Nacional para definir la continuidad de Mil Tambores.
