
Ante la Comisión de Educación de la Cámara, el subsecretario Víctor Orellana dio a conocer los objetivos de un proyecto de ley cuya tramitación inició el grupo parlamentario. Se trata de la iniciativa (boletín 17442) que regulará las nuevas exigencias para ingresar a carreras y programas de pedagogía.
En su exposición (ver presentación), subsecretario de Educación Superior expresó que se busca atacar la baja en el ingreso a las carreras de pedagogía. Según detalló, la matrícula disminuyó en 43,3%, entre 2018 y 2022. La situación se proyecta aún más crítica de aquí al 2030, con un déficit de 33 mil docentes idóneos y especialistas.
Recordó que también existe escasez en la oferta formativa. Por ejemplo, la pedagogía en arte sólo se imparte en cuatro regiones; la especialidad técnico profesional, en dos regiones; y la pedagogía en física, sólo en tres territorios.
Orellana explicó que no se retrocederá en los criterios de selectividad, por lo que se mantendrá ese piso. En cambio se proyecta modelar la oferta con los criterios y necesidades de cada territorio.
Objetivos del proyecto
La propuesta impulsada por el Gobierno modifica la Ley 20.129, que establece un Sistema nacional de aseguramiento de la calidad de la educación superior.
La idea es establecer un mecanismo que defina los requisitos de acceso a las carreras y programas de pedagogía, de forma técnica, periódica y basada en evidencia. La finalidad es garantizar la formación de docentes necesarios en cada disciplina. Además, se tendrá en cuenta criterios de equidad, diversidad y calidad.
Entre los objetivos específicos se cuentan:
- Revertir los efectos negativos de la regulación legal vigente estableciendo un procedimiento adecuado de acuerdo a la institucionalidad. Con el fin de resguardar la toma de decisiones basadas en evidencia técnica y con evaluación periódica.
- Fortalecer la equidad y diversidad en el acceso a las carreras y programas de pedagogía.
- Contribuir a la formación de docentes debidamente calificados en todo el territorio.
El texto indica que será requisito para obtener la acreditación de una carrera o programa de pedagogía, que la universidad admita y matricule a estudiantes que cumplan con las exigencias que establezca el Comité Técnico de Acceso del Subsistema Universitario.
Dichas exigencias se establecerán por acuerdo adoptado por la mayoría absoluta del los integrantes del Comité, que se pronunciarán sobre la propuesta del Mineduc.
A su vez, las instituciones de educación superior podrán solicitar al ministerio, admitir a estudiantes que no cumplan con los requisitos dispuestos por el Comité, según lo defina el reglamento de la ley.
Incentivo al acceso a la pedagogía

Por otro lado, el proyecto se unirá al plan docente que impulsa la cartera de educación y fortalecerá el Programa de Atracción de Talento Pedagógico (PATP), que es una vía de acceso especial a las carreras. A través de él, las universidades van a buscar los talentos a los colegios y liceos, y se ingresa de manera directa a las vacantes. Además, se propone eximir el conteo de vacantes máximas establecidas.
Sobre el punto, el subsecretario recordó que se aprobó una indicación en el proyecto que crea el nuevo financiamiento público para estudios de la educación superior (FES). Esta permitirá destinar más de 200 mil millones de los excedentes del fondo solidario a fortalecer el FATP y consolidar así la vocación pedagógica.
También se fortalecerá la oferta programática en pedagogía y se permitirá la prosecución de estudios en este ámbito. “Existen 14 mil docentes de aula sin título y son los que tienen mayor retención en el sistema educativo”, precisó el subsecretario.
Aclaró que, para abordar este tema, se formó una mesa técnica con expertos para que la continuidad de estudios pueda acreditarse con el rigor técnico necesario.
Debate
Stephan Schubert valoró que el Gobierno se interese en abordar el tema de la “crisis anunciada”, respecto al bajo número de profesores.
Consideró que la falta de interés en ser estudiante de pedagogía puede deberse al “respeto y seguridad” en el aula, así como al hecho que la autoridad del profesor se ha visto debilitada. A eso se sumaría, a su juicio, una “carga burocrática” importante y la enseñanza a distintos ritmos de acuerdo al nivel de los alumnos. Por ello, estimó que se debiera reconocer la labor del docente como de alta valoración, como un honor.
Para Helia Molina, este debate debe partir de la base de un diagnóstico cualitativo, sobre las causas del poco interés de las y los jóvenes. También planteó que existe un tema comunicacional sobre cómo relevar el rol y la importancia del profesor en la sociedad.
Finalmente, Hugo Rey propuso el establecimiento de un programa de actualización a los estudiantes que dejaron sus carreras, pero que tienen varios semestres cursados. “Es una forma de tener más docentes rápido”, precisó.
Por otra parte, llamó a tener a las y los mejores y no bajar las exigencias para la carrera más importante que existe, que es la docencia. En tal plano, se mostró dispuesto a cambios profundos en la materia.