La Sala de la Cámara de Diputadas y Diputados aprobó, por 108 votos a favor, 18 en contra y 16 abstenciones, el proyecto que amplía las hipótesis de los delitos de robo por sorpresa y robo con violencia (boletín 16834).
La iniciativa se presentó a través del informe de la Comisión de Seguridad Ciudadana, que rindió el diputado Bernardo Berger (IND). Es de autoría del diputado Andrés Longton (RN). En lo principal, modifica el Código Penal para endurecer la sanción en los casos de hurto, sobre todo cuando la víctima porta consigo las especies que son sustraídas.
El texto ajusta la normativa actual, elevando la calificación de hurto a robo, cuando se incurra en dos circunstancias:
- La sustracción de objetos desde vehículos con personas en su interior.
- El que el delincuente se aproveche del agolpamiento para robar.
Así, se establece que será robo con sorpresa, con pena de presidio menor en su grado medio a máximo (de 541 días a 5 años), la sustracción de un objeto que se encuentre bajo la esfera de protección de una persona, como lo es al interior de un automóvil, aunque el antisocial no haya tenido contacto físico directo con la víctima.
Lo propio se considerará respecto de la apropiación de objetos cuando se actúe con sorpresa, habiendo generado agolpamiento o confusión para ello. O bien, cuando se aproveche el agolpamiento provocado por terceros no involucrados. En estos casos se ejemplifica con el robo de un celular o billetera en un centro comercial o la locomoción colectiva.
Otros aspectos del proyecto
Durante la jornada, la Sala aprobó que el tribunal excluya el grado mínimo de la pena hoy vigente, si el ofendido o víctima del delito lleva las pertenencias consigo.
Asimismo, se estableció que la utilización de un vehículo para cometer el ilícito, figura conocida como motochorro, se considerará como agravante de responsabilidad penal.
Participaron en el debate Hotuiti Teao (IND), Juan Carlos Beltrán (RN), Andrés Longton (RN), Luis Sánchez (PREP), Andrés Jouannet (AMA), Raúl Leiva (PS) y Roberto Arroyo (PSC).
La iniciativa, que busca marcar con mayor claridad una línea divisoria entre el hurto y el robo por sorpresa, se despachó al Senado, para cumplir allí su segundo trámite constitucional.
