Sala respaldó proyecto que crea contrato de buceo

La iniciativa, que pasó a segundo trámite, crea un contrato especial para la labor de buzos. El texto busca resguardar la seguridad y salud de las y los trabajadores.

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La Sala de la Cámara aprobó, en general y en particular, el proyecto que crea el contrato de buceo y actividades conexas (boletín 17005). Con esto, la iniciativa pasó a segundo trámite, al Senado.

La iniciativa, que se originó en un mensaje del Ejecutivo ingresado en julio de este año, modifica para sus fines el Código del Trabajo. Tiene como propósito responder a las alarmantes cifras de accidentabilidad del sector.

Por lo anterior, la idea es instalar una legislación que dote de mayor protección laboral a las y los trabajadores que ejercen las labores de buceo. Así, el texto pone énfasis en la salud y seguridad en el trabajo, considerando las exigencias y riesgos específicos de esta función.

El texto, además, amplía las definiciones y alcances de las actividades que incorpora el proyecto. Entre ellas, actividades industriales que no son propias de la acuicultura. También se consideran mayores herramientas de reconocimiento al trabajo de buzas y buzos.

Detalle del texto

La iniciativa señala que el contrato de trabajo de buceo regula la relación de trabajo, bajo dependencia o subordinación, entre un empleador y un trabajador o trabajadora que se dedica a desempeñar actividades extractivas de recursos hidrobiológico y mantención industrial, entre otros. Apunta específicamente a labores realizadas mediante buceo con aire, abastecido desde superficie o en forma autónoma.

Agrega que el ejercicio de esta actividad considerará los riesgos en la seguridad ocupacional de los buzos. Igualmente, aquellas labores subacuáticas que se realicen sin el auxilio de dichos aparatos, medios o sistemas, incluyéndose las actividades conexas a las labores de buceo.

El contrato de trabajo de buceo regulará todas las actividades que requieran la utilización de personal para buceo. Asimismo, aquellas que se realizan en tranques, piscinas y otras dependencias industriales.

Paralelamente, se determina que un reglamento establecerá un registro de servicios de buzos y la exigencia de licencia para la labor de buceo. Junto a ello, especificará los elementos asociados al trabajo seguro y de protección personal. Se suma a lo anterior, los requerimientos técnicos para la implementación de las dotaciones de seguridad para distintos tipos de faena, entre otros puntos. El documento lo firmarán los ministerios del Trabajo y de Defensa.

Por otra parte, se considerará un protocolo de procedimientos de actuación ante la ocurrencia de accidentes por descompresión. Su objeto es que se coordine a las instituciones pertinentes y la empresa para el oportuno acceso a cámaras hiperbáricas.

A su vez, se establecen obligaciones en materia de seguridad para las empresas contratistas y subcontratistas para el desempeño de sus trabajadores.

En tanto, la Comisión del Sistema Nacional de Certificación de Competencias Laborales (Chile Valora) deberá constituir un organismo sectorial convocando a sectores relacionados para la certificación dicha actividad.

Finalmente, se declara el 18 de diciembre de cada año como el Día Nacional de las y los buzos de Chile.

Realidad del buceo

Luego del informe de la Comisión de Trabajo, a cargo del diputado Mauro González (RN), intervinieron Daniel Lilayu (UDI), Yovana Ahumada (IND), Bernardo Berger (IND), Fernando Bórquez (UDI), Javiera Morales (FA), Héctor Barría (DC), María Luisa Cordero (IND), Alejandro Bernales (PL), María Candelaria Acevedo (PC), René Alinco (IND), Nelson Venegas (PS), Ximena Ossandón (RN) y Camila Rojas (FA).

En su totalidad, y en forma transversal, las y los parlamentarios destacaron el avance que representa esta legislación que protege la vida y la salud en una actividad tan riesgosa como el buceo. Por otra parte, resaltaron que esta realidad tiene a Chile con el peor índice de mortalidad al respecto.

Se informó que, en nuestro país se desempeñan cerca de 30 mil personas en el buceo, donde cerca de la mitad cumplen labores profesionales. De estos, 11 mil buzas y buzos realizan labores de mariscadores bentónicos. 7 mil, en tanto, se desempeñan en la industria salmonera.

Adicionalmente, remarcaron el riesgo de la actividad submarina, que se debe regular con descansos y con la utilización de los implementos adecuados. Asimismo, se solicitó preocuparse de los trabajadores por cuenta propia y de aumentar la fiscalización.

También se pidió una reacción más rápida en caso de accidentes por descompresión y fijar una red de camas hiperbáricas en las regiones con mayor actividad.

De igual modo, se pidió abordar las secuelas que tienen las y los buzos, como sordera, vértigo crónico y esbozos de demencia. Para ello, se pidió considerar una ayuda médica especial en neurología.