129 votos a favor y 9 abstenciones permitieron la aprobación, en la Sala de la Cámara, de la resolución 913. En ella se pide que las plantas de la Enap paguen sus impuestos territoriales en los lugares en donde estas se emplazan.
Para ello, el llamado al Presidente de la República es que encauce tal medida a través de los ministros de Energía y de Hacienda. Así, se espera que exprese su voluntad política en la inclusión local, promoviendo criterios de equidad territorial y justicia tributaria.
La resolución la presentaron, desde la bancada DC, Eric Aedo, Héctor Barría, Ricardo Cifuentes, Alberto Undurraga y Felipe Camaño. También la suscribieron Miguel Ángel Calisto (IND), Tomás Lagomarsino (IND) y Joanna Pérez (IND).
El caso de Hualpén
El texto pone como ejemplo a la comuna de Hualpén, en la región del Biobío. Según el Censo 2017, tiene 91.773 habitantes y “más del 76% de los hogares se encuentran en el rango de vulnerabilidad”.
Allí se encuentra la refinería Biobío, una de las principales plantas de procesamiento de crudos y cargas complementarias del país.
La instalación tiene capacidad para procesar 116.000 barriles al día y cuenta con un número aproximado de 700 trabajadores y trabajadoras.
Los autores agregan que la refinería Biobío paga, anualmente, a la municipalidad de Hualpén unos 25.000 pesos por concepto de patente municipal y derechos de aseo. Dicha cifra, alertan, es menor que la que pagan los almacenes de barrio.
Según los impulsores de la solicitud, esta realidad se traduce en una problemática que perjudica especialmente los ingresos de administraciones locales. Reconocen que, si bien la ley les permite pagar en el domicilio de su casa matriz, podrían, por su voluntad, realizar el pago del impuesto territorial en los lugares donde están las operaciones.
Las y los diputados ponen como ejemplo la empresa Arauco, que hoy paga sus impuestos en la región del Biobío y no en la comuna de Las Condes, donde está constituida la sociedad. En tal plano, se estima que la Enap podría imitar tal acción y que sus plantas paguen sus impuestos territoriales en las localidades donde se emplazan.