Con la participación del Primer Vicepresidente de la Cámara de Diputadas y Diputados, Francisco Undurraga (Evópoli), se desarrolló la décima versión del Foro de Parlamentarios Contra el Terrorismo, a 27 años del atentado con coche bomba que sufrió, en Buenos Aires, la Asociación Mutual Israelita Argentina (Amia), el 18 de julio de 1994.
El encuentro, desarrollado vía teleconferencia y organizado por el Congreso Judío Latinoamericano en conjunto con la Cámara de Diputados de Argentina, tuvo como objetivo funcionar como un marco para generar y fortalecer políticas que enfrenten el flagelo del terrorismo internacional.
Al respecto, el titular de la Cámara del vecino país, Sergio Massa, señaló que la idea de la reunión es “sumar esfuerzos con los congresos de la región para que la historia no se repita y para que nuestras leyes e instituciones se fortalezcan en la lucha contra la discriminación, el odio y la muerte”.
En esa misma línea, el Vicepresidente Francisco Undurraga precisó que el desafío es hacer frente al terrorismo desde la legislación, ya que, no solo como país, sino que como continente, “necesitamos contar con una legislación robusta que nos permita combatirlo de manera efectiva”.
El parlamentario informó a sus pares que Chile ha suscrito tanto los convenios internacionales vigentes, como una serie de modificaciones legales internas referidas a diversos temas, como el financiamiento de la actividad ilícita, ello gracias a la creación de la Unidad de Análisis Financiero, que permite pesquisar de manera más efectiva el flujo de capitales.
Asimismo, reconoció que, si bien en cada país “puede haber varias definiciones respecto de cómo concebimos el terrorismo, tenemos claro que este es un atentado organizado contra la institucionalidad jurídica y política y, por cierto, contra la libertad y bienestar de las personas”.
Undurraga, quien expresó a nombre de la Corporación las condolencias para quienes perdieron familiares en el atentado a la Amia, agregó que, como país, Chile no solo condena el terrorismo, “sino que velamos por generar acciones para combatirlo”.
La cita contó con la participación, además, de los presidentes de los Parlamentos de Brasil, Artur Lira; México, Dulce María Sauri Riancho; Paraguay, Pedro Alliana; y de Uruguay, Alfredo Fratti; de la vicepresidenta del Congreso de Colombia, Astrid Sánchez Montes de Oca; y del presidente del Congreso Judío Latinoamericano, Jack Terpins.
Declaración
El encuentro culminó con la lectura de la siguiente declaración, consensuada entre los países participantes:
El 18 de julio de 1994, un coche bomba explotó contra la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (Amia), cobrándose 85 vidas y dejando más de 300 heridos. No fue el primer atentado del terrorismo internacional en la Argentina. Dos años antes, el blanco fue la Embajada de Israel, donde murieron 29 personas.
A 27 años del atentado, los autores de uno de los mayores ataques terroristas de la historia de Latinoamérica aún permanecen en libertad. La justicia argentina ha pedido la extradición de ciudadanos iraníes a quienes les imputa la responsabilidad de la organización, financiamiento y ejecución de este ataque. Hasta el momento, no se ha obtenido una respuesta positiva y el ataque sigue impune.
Reunidos por la Presidencia de la Cámara de Diputados de la República Argentina y por el Congreso Judío Latinoamericano, rendimos profundo homenaje a las víctimas de este ataque terrorista y nos sumamos al pedido de justicia, comprometiéndonos a trabajar para que se juzgue a los responsables.
Acompañando a los familiares de las víctimas y a los sobrevivientes, declaramos:
- Que la verdad y la justicia son fundamentales para construir sociedades democráticas, pluralistas y de progreso. Sin justicia que castigue a la destrucción, al odio y a la muerte, estamos expuestos al desprecio de los derechos humanos y a la pérdida de la vida y de la libertad. Hacer justicia no solo repara el daño causado en el pasado, sino que, además, asegura un futuro en libertad.
- Que el efectivo combate al terrorismo demanda la activa colaboración de cada Estado miembro de la comunidad internacional. Brindar apoyo a quienes planean, financian y ejecutan acciones terroristas constituye un acto de complicidad en violación al derecho internacional.
- Que comprometemos nuestro esfuerzo para combatir al terrorismo internacional, asegurando marcos legales para proteger la vida de los ciudadanos y salvaguardando los valores de los pueblos ante la amenaza de destrucción, odio y muerte que organizaciones terroristas siembran. En este mismo espíritu, rechazamos también toda forma de discriminación, racismo, xenofobia y antisemitismo.
- Que nos comprometemos a fortalecer la democracia y sus instituciones para que ataques como el ocurrido contra la Amia no se repitan.
Finalmente, se destaca que esta declaración, consensuada por parlamentarios de diversos países y expresiones políticas, es una muestra de la unión y fortaleza en la lucha contra el terrorismo de los países de Latinoamérica.